La finca de café milagrosa

9 de septiembre – día 3 en Bolivia – primera parte –

Vamos a una finca fantástica, Finca Isabel.

Visitamos la finca y el laboratorio propiedad de Fernando Calle y su esposa, Gabriela.

Si lo describo en una sola palabra, es una “Obra Maestra”

Cuando ingresas a la finca que mantienen perfectamente bella, se puede notar que el grado de madurez de las cerezas que crecen en los cafetos que están plantados desde la entrada hasta el fondo, ¡es completamente diferente!

La mayoría de los árboles son de la variedad Geisha, y también hay Bourbon, Java y F1, una nueva variedad desarrollada por Fernando. Las cerezas de Geisha que nos sirvieron estaban increíblemente dulces con sabores complejos como lichi, miel y uvas.

La variedad F1 desarrollada en Finca Isabel

Cereza de café de variedad Geisha

Aun cuando lo mantengas en la boca durante mucho tiempo, el sabor delicioso no se pierde… Me impresionó de principio a fin.

Fue muy interesante porque han implementado muchas ideas ingeniosas como el que a los recolectores de café se les pague por el cuidado que ponen a su trabajo más que por la velocidad con la que lo hacen, o como el que el proceso de producción se modifique dependiendo del clima.

Área de secado en Finca Isabel


“Queremos demostrar que se puede hacer café de alta calidad sin tener una finca grande o equipo de última generación”

Esas palabras nos transmitieron la fuerte misión de Fernando y su equipo.

Un café maravilloso que ha llamado la atención de todo el mundo y supera con creces las expectativas de los tostadores. 

“Queremos dar más valor a la calidad y a los clientes actuales sin incrementar más el volumen de producción. Por eso, TYPICA es nuestro último cliente”

Es un café muy caro y poco común, así que no sé si podré conseguirlo en el futuro…

El precio más alto pagado en una subasta anual fue de más de 50,000 yenes por 1 kg de café😳

Quiero hacer todo lo posible para que algún día todos en Aomori puedan probarlo también. 😌

Muchas gracias a todos en Finca Isabel. ☕️

Foto conmemorativa en la entrada de Finca Isabel